Resulta muy sorprendente comprobar que una formación que se declara antisistema como la CUP se ha convertido en los últimos meses en la fiel infantería de la burguesía catalana. A pesar de que siguen fingiendo que son la oposición, se hace cada día más evidente que entre la CUP y JuntsPel3% hay un acuerdo secreto. Conservan sus uniformes progres con eslóganes reivindicativos, pero sus actuaciones hacen el juego a la derecha recortadora y corrupta, en lugar de combatirla, motivo por el que sus electores los votaron.

Tuvimos la primera sospecha cuando, debido a nuestra abstención, sumada a la suya y la de los socialistas, inopinadamente no se pudieron aprobar los presupuestos del Grup Salut. Esto llevó a tener que repetir la votación el día 28 de diciembre, media hora antes del último Pleno del año. Pues bien, cuál sería nuestra sorpresa cuando, gracias a la ausencia injustificada de los tres consejeros de la CUP, los presupuestos salieron aprobados. Es decir, llevan toda la legislatura absteniéndose en todas las votaciones, con la justificación de que ése no es su modelo de Salut y bla bla bla y, en el momento en que les piden auxilio, corren a dárselo.

En el último Pleno teatralizaron a la perfección su papel de chicos malos. Se metieron con el PP, con el PSC, con Ciutadans (C’s). Les hicieron reproches altisonantes. Pero, curiosamente, ni rechistaron contra CiU. Y ahora, en el colmo de la hipocresía, nos enteramos por la prensa de que van a permitir la aprobación de los presupuestos municipales. Los anticapitalistas de izquierdas aprobando los presupuestos de la derechona más rancia. En perfecta consonancia, por otra parte, con el apoyo que han dado a las cuentas de la Generalitat.

A cambio de cuatro limosnas y de vagas promesas inconcretas, van a permitir que una ciudad endeudada hasta las trancas se vuelva a endeudar en 9 millones para hacer algunas obras, como por ejemplo, arreglar el Parc Sant Jordi. En lugar de exigir, como quería Ciutadans, que esos 3 millones anuales salgan de recortar parte de los 14 millones de subvenciones, muchas de los cuales son para contentar a las redes clientelares, permiten que el consistorio siga endeudando alegremente a la Ciudad. ¿O es que piensan en no devolver el préstamo?

Lejos de negociar con los partidos de la oposición el cumplimiento de mociones como las ayudas a empresas que contraten a parados -que propuso C’s-, se contentan con limosnas y con obras de caridad o con sus vagas promesas. ¿O es que hay otra moneda de cambio que no alcanzamos a ver?

En definitiva, la CUP no ha entrado en el govern, es verdad, pero es su sostén desde hace meses. Pues con Ciutadans que no cuenten. Nos votaron para cambiar las cosas y no nos cansaremos de intentarlo.

foto JC carnet

Juan Carlos Sánchez

Portavoz del Grupo Municipal de Ciutadans en el Ayuntamiento de Reus