Cuando gran parte de los medios de comunicación catalanes proclaman de forma sectaria y parcial las maravillas del “Procés” hacia la ruinosa soledad de la independencia, se olvidan de que este oasis idílico que se nos pinta no es más que un espejismo si lo miramos desde el prisma real de los datos económicos.
Los integrantes de la coalición pro-independentista afirman que la UE no dejará marchar a Cataluña del mercado común porque no interesa a ninguna de las dos partes, ya que Cataluña es uno de los motores de Europa. Quizá en otro tiempo sí fuera así, pero en la actualidad la región de Cataluña está situada en el puesto 142 de 199 regiones europeas en el índice de competitividad regional. Nada que ver con lo que se nos cuenta.
En lo que se refiere a balanzas comerciales (la relación entre lo que se importa y exporta), la UE constata que, del total de lo que exporta Cataluña, el 45% lo hace al resto de España y el otro 55% al resto del mundo. De ese 55%, el 85% se exporta a la UE y el 15% fuera de Europa.
Cataluña exporta 1.400 millones a EEUU y 2.000 millones a Murcia. A Alemania le vendemos 4.600 millones y a Aragón 6.700 millones. Exportamos más a Andalucía (8.000 millones) que a Italia (5.500 millones). La diferencia entre lo que exportamos e importamos fuera de España tiene un saldo negativo de 16.000 millones. En cambio, el saldo con el resto de España es positivo con una cifra de 18.000 millones.
Por tanto, y le pese a quien le pese, el comercio con España nos asegura un superávit de 2.000 millones de euros, cifra que obviamente desaparecería con la llegada de la independencia. Todo esto, los datos reales, no lo explican los independentistas, y los ciudadanos merecen saberlo antes de depositar su voto en las urnas el próximo domingo.
¿Quieren que Cataluña se convierta de nuevo en un motor económico de referencia? No confíen en los cantos de sirena independentistas. Cataluña será fuerte dentro de España, pero nunca fuera.
Guillem Figueras
Concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Reus